Desde que descubrí las terapias holísticas, no solo causaron un impacto en mí desde lo interno y personal, sino que también provocaron que me detuviera a ver, sentir y escuchar el resto de las cosas de otra manera y una de ellas, en lo particular, es el valor y el significado de las palabras.
Podemos encontrar definiciones en los diccionarios, libros, revistas, periódicos, aunque hoy ya bastante en desuso pues internet y nuestro amigo Google nos agiliza mucho las cosas, pero ¿qué pasa cuando ese concepto deriva de nuestra propia percepción?
Wow! Y así, con tan solo pensarlo y escribirlo, me conecto con mi ser y me queda resonando esta última palabra …
El Valor de las Palabras: La Percepción
PERCEPCION
¿Qué diferencia hay entre lo que yo creo y lo que dicen, piensan y sienten los demás? ¿Coincidimos o nos sentimos en veredas opuestas? ¿Quién está equivocado y quién tiene razón?
Por eso, voy directamente a buscar el significado de “PERCEPCION” y mi gran amigo el diccionario, me dice que: “es la capacidad de recibir imágenes e impresiones a través de los sentidos (vista, tacto, olfato, oído y gusto), es comprender o conocer algo, es la capacidad de interpretar el entorno que nos rodea para crear una impresión consciente de la realidad¨
Por lo tanto, esto me lleva a pensar que hay tantas formas de verla como personas existen en el mundo, pues todo lo vemos a través de nuestros propios ojos, lo escuchamos a través de nuestros propios oídos y lo sentimos a través de nuestra propia piel.
Cada uno percibe las cosas de acuerdo con su propia experiencia de vida, creencias, aprendizajes de su día a día. También depende de nuestro estado de ánimo, valores, tabúes, educación recibida, mandatos, etc.
Por eso, es que hoy puedo percibir una cosa de una manera y mañana de otra.
Enric Corbera explica que hay sucesos externos que nos generan malestar, y que, a pesar de que lo intentemos, no los podemos cambiar porque no dependen de nosotros. Por ello, la clave está en cambiar nuestra visión o percepción respecto de ellos. Define a la percepción como “una interpretación subjetiva de la realidad que, al tomar consciencia de ella, tenemos la oportunidad de cambiar para mejorar o elegir cómo queremos ser”.
También dice que no es lo mismo VER que PERCIBIR, pues ver es describir un hecho del entorno, mientras que percibir es interpretar ese hecho a mi manera, y que vemos lo que queremos ver. Y esto hace que en nuestra vida se repitan sucesos una y otra vez de la misma forma.
Por lo tanto, la posibilidad de cambiar nuestra percepción depende de nuestro nivel de conciencia, ya que los hechos son lo que son y no se pueden cambiar. Así, observando nuestras percepciones, cuestionándolas y tomando conciencia que si lo que experimentamos depende solamente de nosotros mismos, todo lo que nos rodea también habla de nosotros.
La clave es reconocer que nuestra percepción no es la única verdad o realidad.
Pero solo nuestra percepción nos juega en el afuera o también hace de las suyas respecto de cómo nos percibimos y/o cómo nos ven? Muchas veces, estas percepciones no coinciden. Y esto sucede porque cada uno percibe de acuerdo con sus propias experiencias y creencias de vida.
Conclusión, nuestra percepción nos cuenta nuestra historia, nuestra propia realidad, basada en nuestra manera de vivir la vida y si hay algo en ella que nos disgusta o incomoda, no esperemos que el cambio se produzca en el afuera, tomemos las riendas de nuestra vida, hagámonos cargo, asumamos nuestra responsabilidad y produzcamos el cambio. Seamos empáticos (otra palabra hermosa para descubrir) con nosotros mismos y con los demás.
¿Cómo percibes la vida en este momento?
Si te interesa, profundizar más, te envío por privado un ejercicio para que lo realices en un espacio de quietud y tranquilidad.
Me despido hasta nuestro próximo encuentro de reflexión con esta hermosa frase de Rumi
